martes, 7 de agosto de 2007

El Carrefú

Otro entrañable personaje veraniego es ese hombre que se pasea por la orilla, sorteando toallas, sombrillas y niños jugando a la pelotita; va cargado hasta las trancas, vendiendo su mercancía bajo un sol que hace que los pájaros se caigan fritos de los árboles.

Como todo en esta vida, ha evolucionado con los tiempos; en mi niñez, pasaba pregonando a voces:

Aaaaaaaaaaaaaaaay el riiiiiiiiiiiiiiico helado de vainiiiiiiiii, tutifruuuuuuuu,chocolaaaaaaaa, dosguuuuuuuuuuuu...


O si no, con su canasta de mimbre, vendiendo paquetes de patatas fritas, de esas que se te quedaban pegadas en las muelas y no podías quitártelas hasta pasadas un par de horas.

Ahora ya no grita, no se le oye; solo te mira con sus ojos tristes de inmigrante, bajo una gruesa capa de pareos, toallas de Bob Marley, gafas de sol, CDs y DVDs. Te habla sin palabras, y tu sabes que comprarle algo es darle de comer hoy, mañana dios dirá

También los hay en su modalidad "Argentina Style"; éste se dedica al merchandaising del abalorio, con su muestrario de pulseras, colgantes, tobilleras, todo realizado en huesos y semillas de plantas que no has oido en tu puñetera vida. Cuidado con él, que cuando despliega su verbo, no hay cartera que se resista.