martes, 16 de octubre de 2007

Psicología masculina para mujeres (V)

Buenos días, querida:

Supongo que sabrás que a los tíos les encanta el porno, tanto en versión digital o en papel. Sencillamente, se nos van los ojos en cuanto vemos un trozo de carne despelotada en la tele. Qué le vamos a hacer, es un impulso irrefrenable, que late en lo más profundo de nuestro... subsconciente.

Pero si hay algo que nos pone como la moto de Rossi, si existe un determinado espectáculo que nos hace sentirnos como Spiderman, con ganas de subirnos por las paredes, es:

Teorema.-
A los hombres les encantan las escenitas lésbicas.


Sí, es curioso; porque a tí no te ponen las escenas de gays (y a un tío, menos aún) Pero sin embargo, es ver a dos chavalas besarse, bailar muy pegadas, o simplemente verlas meterse juntas en la ducha, y empezar a salirnos las hormonas por las orejas con la misma fuerza que las lágrimas de Candy Candy.

¿Y por qué?, te preguntarás. La cuestión es bien sencilla; un hombre, al ver una escenita como las descritas anteriormente, de forma automática se ve en medio de la película, rodeado de tetas, culos y demás herramientas a pares. Todo un paraíso para el varón, el lugar en el que todos quisiéramos morir, aunque sea matando.

Y nuestra mente arranca, y en nuestras neuronas se cuece una nueva imagen, y esa imagen tiene tal fuerza que nos quedamos absortos, con una cara de envidia insana que tira de espaldas. Se nos salen los ojos, queremos meternos entre ellas dos, o tres o las que sean, como en medio de una pelea, mirarlas y decirles "eh, oídme, ¿puedo participar, aunque sea mirando? anda, no seáis egoistas".

Ah, querida, pero todo eso es sueño, una fantasía que se diluye como un azucarillo en un océano... Pero que nos acompaña toda la vida. Y el que diga que no, miente más que habla.