miércoles, 3 de octubre de 2007

Zemo Ejpañia, coñio

Ea, ¿ no querías caldo? Pues ahí llevas una garrafa de cinco litros llena hasta el filo. Como se nota que se acercan las erecciones generales; cada partido va buscando el argumento que desequilibre la balanza a su favor. Y los hijos del albatros (que no gaviota) han encontrado el suyo en la defensa de Ejpañia, coñio; lo malo de esto es que alguien piense que necesita ser defendida, y que ellos son los únicos que pueden hacerlo.

Para este 12 de Octubre se espera una riada rojigualda por las calles de Madrid, encabezada por esa banda de salvapatrias, que se han alzado como defensores de lo que no necesita defensa, superhéroes de pacotilla y bocadillo de mortadela, abrazapancartas de slóganes rancios, preocupados en captar el voto y no captar las necesidades del españolito de a pie.

Verán, los símbolos lo son porque nos hacen sentir algo. Los símbolos no se imponen, no se otorgan por mandato, no se les quiere por decreto. Los símbolos son particulares de cada uno; conozco a quienes no pisan una iglesia en todo el año, pero se les saltan las lágrimas cuando ven su cristo o su virgen en Semana Santa. A cada uno, hay algo que le da ese pellizco en medio del pecho que le hace poner la carne de gallina, pero es lo que cada uno eligió, no lo que le obligaron a elegir.

Dicen que hay que defender la monarquía, que es símbolo que nos une a todos, que ha servido de mucho a Ejpañia, coñio, y toda esa retahila de la Transición, que si la imagen exterior de Ejpañia, coñio... Todo eso valía hace veinte o veinticinco años; no se puede dudar de su papel en momentos críticos. Pero tampoco se puede vivir de las rentas toda la vida; los jóvenes quizás no entiendan que haya familias con privilegios especiales, que no tengan que rendir cuentas mientras a sus padres Hacienda les persiga. Quizás no entiendan que ellos tengan que partirse el pecho para poder llegar a los 600 euros mensuales, mientras otros viven a cuerpo de rey sin que se les conozca oficio o beneficio. Quizás no entiendan que ellos no encuentran una casa digna para vivir, mientras otros... en fin... si ya me entiendes...

No pueden hacerme tragar esa bandera ni esos símbolos que defienden a capa y espada, como si fuera el jarabe para la tos, ese amargo, niño traga que es por tu bien, verás que prontito se te pasa... Yo ya tengo mi bandera, que es blanca y verde, y tengo mi himno, que es un canto a la libertad, y tengo mis símbolos, las señas que me identifican. Y por más que quieran, otros símbolos no son los míos, ni lo van a ser. Porque no los siento. Por muy pesados que se pongan. Que no.


La libertad, es justo eso, dejar que yo elija, que me equivoque, pero que me equivoque yo. Ya tenemos bastante ración de errores ajenos.

Corolario: Una preguntita inocente a los del colegio de Girona que prohibieron la entrada a la chica musulmana por llevar velo. ¿Hacen lo mismo si un niño rubito lleva colgada una medalla de la virgen del carmen? Es sólo curiosidad, de verdad...